REBELLION AND RESISTANCE IN THE IBERIAN EMPIRES, 16TH-19TH CENTURIES.

Maquinar/Maquinación/Maquinador (ES) | Maquinar/Maquinação/Maquinador (PT)

Author: Antonio González López

Affiliation: Universidad de Santiago de Compostela

https://doi.org/10.60469/e5ej-qt11


Por maquinación entendemos hoy unívocamente lo mismo que conspiración, conjura, complot, trama, intriga, confabulación, es decir, una acción organizativa o proyectiva de carácter político orquestada generalmente de manera oculta o clandestina y orientada a la alteración del organigrama del poder o incluso del régimen político vigente. Por su carácter oculto y sus fines a menudo subversivos se ha asociado a la idea de maquinación un matiz peyorativo, lo mismo que a los maquinadores. Así define hoy la RAE este primer sustantivo: “proyecto o asechanza artificiosa y oculta, dirigida regularmente a mal fin” (RAE 2014), presentando a continuación una retahíla de sinónimos de la que hemos tomado sólo algunos. En consecuencia, el verbo maquinar significa hoy, primero y ante todo: “urdir, tramar algo oculta y artificiosamente” (RAE 2014).  También en portugués: “planear secretamente, visando lesar os interesses de alguém”, aunque la segunda acepción lo desprovee de matiz negativo, definiéndolo simplemente como “conceber mentalmente” (ACL 2001), que lo haría análogo en este sentido al español cavilar, que como luego veremos también conoció un uso que le imprimía un matiz negativo, semejante al de maquinar. Covarrubias explica dentro de la entrada dedicada al sustantivo máquina el sentido de la frase “maquinar alguna cosa”, a saber: “sinifica fabricar uno en su entendimiento traças para hazer mal a otro” (Covarrubias 1611: 538v). Por máquina (“fábrica grande e ingeniosa”) se entendía en su época ante todo la “máquina bélica”, los ingenios militares. 

En el Thesouro de Bento Pereira la voz maquinador se emplea para traducir el grecismo “cacomechanus” como “maquinador de maldades” (Pereira 1647), de acuerdo con la estricta etimología de sus dos componentes. Rafael Bluteau lo define como “inventor, author, maquinador de enganos”; el verbo maquinar no tendría en principio, según su definición, un matiz negativo, pues lo define como “traçar, formar, fabricar no entendimento, na imaginação”, pero los ejemplos que lo acompañan lo señalan de modo inequívoco: “maquinar a ruina de alguem”, “maquinar huma ruina universal”, “maquinar contra a liberdade da República” (Bluteau 1712-1728, v. 5: 314). Morais Silva, a su vez, define el verbo como “traçar, ideyar, delinear na fantesia; e ainda negociar coisa difficil e que pede arte e subtileza, e talvez engano e astucia” (Silva 1789, v. 2: 266). En el Parvum lexicon de Pedro José da Fonseca se da por sinónimo de maquinador “arquitecto, inventor”, que aparece también para explicar la entrada latina molitor como “maquinador, inventor, o que emprehende cousas grandes e difficultosas” (Fonseca 1798), luego sin connotación específicamente negativa. En el Diccionario de Autoridades de la Real Academia Española nos encontramos con definiciones similares, sin cariz negativo en principio para el verbo machinar: “pensar, discurrir y (sic) idear medios para algún fin”, aunque los ejemplos que lo acompañan despejan toda duda acerca de ello (“Ponían todo su ahínco en machinar cosas en deservicio de Dios”; “Esta maldad machinaron los demonios por medio de los judíos”), lo mismo que en la definición del sustantivo machinación: “idea o discurso artificioso y encubierto, regularmente para algún fin no bueno” (RAE 1734, t. IV).

En tanto que perteneciente al campo semántico de la intriga política, es esperable encontrar estos términos de maquinar y maquinación en ese tipo de contextos históricos evocados en las crónicas y en la historiografía tradicional, pero también en epístolas intercambiadas por personajes del ámbito cortesano e incluso en algunos expedientes judiciales donde se airean conflictos políticos a escala local. Lo que ocurre es que no son éstos los términos más frecuentes que nos hemos encontrado en la documentación, sobre todo en este último tipo de fuentes. Aunque pudo haberse usado con anterioridad, lo cierto es que el empleo de estos términos lo hemos encontrado ante todo desde comienzos del siglo XVII. Y es que hay que recordar que para evocar lo que más tarde se expresó mediante voces como maquinación o conspiración (esta última sobre todo en el siglo XIX, como es bien sabido), se empleaban otras expresiones como por ejemplo la de “liga y monipodio”. En especial se aviene bien a la idea que estamos abordando desde distintas voces o expresiones este último término, monipodio: “convenio o contrato de algunas personas que unidas tratan algún fin malo” (RAE 1734, t. IV), contra el que previenen varias disposiciones legislativas, concretamente el título XIV del libro VIII de la Nueva Recopilación, que trata “De las ligas, monipodios y cofradías”, prohibiéndolas por la ley I dada por Juan I en las Cortes de Guadalajara de 1390: “que no usen de las ligas i monipodios i ayuntamientos, pleitos i omenajes, juramentos, contratos i firmezas que han hecho hasta aquí” (N. Rec. 1567, lib. VIII, tít. XIV, l. I, reimpr. 1775: 402). Así, en la documentación judicial del siglo XVI nos encontramos el uso de estas expresiones y no de las más modernas que estamos considerando. 

Por poner un ejemplo de ello, en 1667 una parte de los vecinos de la jurisdicción de O Bolo (provincia de Ourense), se querellaron contra otra facción adversa por causa de la elección de los oficios concejiles, a quienes acusaron ante la Real Audiencia de haberse confabulado o, diríamos también, de haber maquinado, para alterar el procedimiento y manipular así el resultado. Pero la expresión que utilizan es: “se obligaron de liga y manipodio (sic), con armas ofensibas y defensibas, y se fueron junto a la fortaleça y puerta della donde se açe la eliçión, y juntos todos escluyeron a los alcaldes que al presente eran y al scrivano de ayuntamiento (...) y por su propia autoridad elixieron por alcaldes a Domingo Fernández y a Pedro Pérez” (ARG, Real Audiencia, lg. 16.946/67). Para el sustantivo maquinador no encontramos tampoco ejemplos de utilización, pero hay voces que sugieren un significado, si no idéntico, al menos sí análogo o similar en el sentido de urdidores de enredos. Tal sería, a nuestro entender, el caso del adjetivo caviloso que nos encontramos en alguna ocasión. Así, en la controversia por la elección de oficios concejiles de la jurisdicción de Cotobade (provincia de Santiago) en 1683, uno de los litigantes es tildado de “cabiloso en la república, por cuya causa sienpre letiga pleitos con ella, y para esto se bale de difirentes medios, asta buscar y solicitar a los estudiantes que asisten en el curso en la ciudad de Santiago para que, rebozadamente, maltraten a los procuradores generales quando bienen a esta ciudad a la defensa de los naturales” (ARG, Real Audiencia, lg. 26.710/87). A la vista de esta descripción, creemos que se le aplicaría bien a este personaje el concepto de maquinador. 

Pasando ya a la ejemplificación del uso de los términos maquinar y maquinación en la literatura y la documentación de la época, nos los encontramos aplicados a distintos contextos, pero remitiendo siempre a un telón de fondo de luchas o enfrentamientos políticos. Incluso de luchas “político-teológicas”, como cuando sor María de Jesús de Ágreda, en su Mística Ciudad de Dios, relata: “Toda la semana primera (...) en que Dios entendía en la creación del mundo y sus criaturas, Lucifer y los demonios se ocuparon en maquinar y conferir maldades contra el Verbo que se havía de humanar, y contra la muger de quien avía de nacer” (Ágreda 1670, ed. 1759: 95). Otros ejemplos nos los ofrecen historiadores como fray Nicolás de Jesús Belando cuando se refiere a la defección del Reino de Valencia en 1705 de la lealtad a Felipe V en favor del archiduque Carlos. Atribuye la culpa principal a dos personajes, Juan Bautista Basset y Ramos y Francisco de Ávila, por “pervertir el Reyno”, con “cartas, con estratagemas y con promesas”. En consecuencia: “Confuso y rebuelto con estos principios el Reyno de Valencia, y sin cesar las maquinaciones y las ofertas, sin dificultad se movió la gente más arrojada, que tenía poco que perder y menos que aventurar, y se tumultuaron muchas poblaciones” (Belando 1740: 187). Por su parte, el padre jesuita Pedro Lozano, al narrar la conquista y evangelización del Paraguay, carga contra los indígenas, quienes en los años 1716-1717, “ingratos al beneficio de haberles acogido los españoles en sus tierras, correspondían con enormes insultos, y maquinaron, coaligados con los guaycurús y payaguas de arriba, alzarse con la ciudad dando muerte a todos los españoles” (Lozano 1878, t. I: 102-103). El mismo autor, más adelante, pone a san Juan Crisóstomo como ejemplo de misionero, pues de él se decía que “corrió todo el universo y se libraba milagrosamente de la muerte que los pueblos de gentiles le maquinaban en odio de su doctrina santísima” (Lozano 1878, t. I: 448).

En la documentación no son muy abundantes los ejemplos que hemos localizado, pero son ilustrativos y no ofrecen lugar a dudas del sentido unívoco que tiene la palabra maquinación. Así, en 23 de junio de 1600 el príncipe de Melfi, Juan Andrea Doria, dirige carta de respuesta al rey Felipe III, que le había ordenado que procurase “penetrar por todas las vías que pudiese las pláticas de liga y otras maquinaciones que se sospecha se tratan en Italia y fuera della” (AGS, Estado, lg. 1.430/243). Años más tarde, en 1678, el embajador español en Génova, Manuel Coloma, escribe al rey Carlos II informando de las averiguaciones que ha hecho de su mandado sobre las sospechas que se tenían de maquinaciones francesas para utilizar la plaza de Finale, en Liguria, como base de operaciones de contrabando y otras ilegalidades o sabotajes contrarios a los intereses españoles (quizás incluso llegar a tomarla). El embajador dice que los sospechosos, “vezinos del Final, son estrechos amigos y correspondientes del Cónsul de Francia, del sugeto francés (...) y de otra quadrilla de la misma nación factores de la moneda falsa que se labra en Fons de Novo (sic) y que se ocupan en estos exercicios y por el estilo común de mercaderes”, y que de las cartas y más papeles que se les ha incautado “se conoce clara maquinación contra aquella plaza” (AGS, Estado, lg. 3.616/131). Por último, en la carta que en 4 de mayo de 1767 un informador no identificado de la ciudad de San Miguel de Tucumán dirige a un prelado, acaso alguno de los del Consejo de la Cámara de Castilla, le pide que “aplique su superior comprehensión a la penetración de los enredos, machinaciones y fraudes de todos los criollos”, esto es, que intervenga en el gobierno diocesano del arzobispado de Lima, al que pertenecía la provincia de Tucumán, contra cuyo provisor se centraban las críticas: “es corriente especialmente en esta ciudad, desde que govierna despóticamente este arzobispado este provisor, aprovechándose de la suma debilidad del señor Arzobispo, ordenándose este iniquo proiecto de haverse declarado protector de todos los escandalosos fugitivos, para figurar en esa Corte alborotos y escándalos contra los prelados, especialmente el vicario general y comisario de San Francisco, y relajada vida de los religiosos para desconceptuarlos con S. M., a fin de que no sean repuestos en los curatos, que es el principal objeto a que ordenan éstas y otras maniobras este provisor y los demás que en esta ciudad cooperan a este asumpto” (AHN, Diversos-colecciones, lg. 45/29). Distintos contextos, en definitiva, en los que la idea de maquinación encuentra fácil acomodo o aplicación.


REFERENCIAS

Diccionarios
Academia das Ciências de Lisboa (ACL), Dicionário da língua portuguesa, Lisboa, ACL, 2001, 2 vols., versión electrónica, https://dicionario.acad-ciencias.pt/acerca-do-dlp/#

Bluteau, Rafael, Vocabulario portuguez e latino..., Coimbra, Collegio das Artes da Companhia de Jesu, 1712-1728, v. 5, http://clp.dlc.ua.pt/DICIweb/default.asp?url=Ler&opcao=texto

Covarrubias Orozco, Sebastián de, Tesoro de la lengua castellana o española, Madrid, Luis Sánchez, 1611.

Fonseca, Pedro José da, Parvum lexicon Latinum, Lusitana interpretatione adiecta ad usum Lusitanorum adolescentium, Lisboa, Typographia Regia, 1798.

Pereira, Bento, SJ, Thesouro da lingoa portuguesa, Lisboa, Paulo Craesbeeck, 1647.

Real Academia Española (RAE), Diccionario de la lengua castellan en que se explica el verdedero sentido de las voces, su naturaleza y calidad, con las phrases o modos de hablar, los proverbios o refranes y otras cosas convenientes al uso de la lengua, Madrid, Imprenta de la Real Academia Española, 1726-1739, t. IV, 1734, https://apps2.rae.es/DA.html

Real Academia Española (RAE), Diccionario de la lengua española, Madrid, RAE, 2014 (23.ª ed.), 2023 (actualización electrónica), https://dle.rae.es/

Silva, Antonio de Moraes, Diccionario da lingua portugueza composto pelo padre D. Rafael Bluteau, reformado e accrescentado por Antonio de Moraes Silva, natural do Rio de Janeiro, Lisboa, Simão Tadeu Ferreira, 1789, 2 vols., http://dicionarios.bbm.usp.br/pt-br/dicionario/edicao/1 

Fuentes primarias
“Antonio Pérez y Juan de Prada con Pedro Escuredo y otros, sobre elección de procurador general en El Bollo”. Archivo del Reino de Galicia (ARG), Real Audiencia, leg. 16.946, n.º 67.

“Amaro González Cabano con Gonzalo da Senra y consortes, sobre elección de procurador general en Cotobade”. Archivo del Reino de Galicia (ARG), Real Audiencia, leg. 26.710, n.º 87.

“Carta de Juan Andrea Doria, príncipe de Melfi, a Felipe III, sobre las diligencias que está llevando a cabo para descubrir las ligas y maquinaciones que se desarrollan en Italia”. Archivo General de Simancas (AGS), Estado, leg. 1.430, n.º 243.

“Carta de Manuel Coloma, embajador en Génova, a Carlos II, sobre las sospechas que se tienen de maquinaciones francesas contra Finale”. Archivo General de Simancas (AGS), Estado, leg. 3.616, n.º 131.

“Sobre maquinaciones y fraudes de los criollos”. Archivo Histórico Nacional (AHN), Diversos-colecciones, leg. 45, n.º 29.

Nueva Recopilación de las Leyes de Castilla, 1567, reimpresión de 1775, ed. AEBOE y RAH, Madrid, Agencia Estatal Boletín Oficial del Estado, 2022.

Ágreda, María de Jesús de, Mystica Ciudad de Dios, milagro de su omnipotencia y abismo de la Gracia; historia divina y vida de la Virgen Madre de Dios, Reyna y Señora nuestra María Santíssima, restauradora de la culpa de Eva y medianera de la Gracia, Madrid, Imprenta de la Casa de la V. Madre, 1759.

Belando, Nicolás de Jesús, Historia civil de España, sucesos de la guerra y tratados de paz desde el año de mil setecientos hasta e de mil setecientos y treinta y tres, Madrid, Imprenta y Librería de Manuel Fernández, 1740.

Lozano, Pedro, SJ, Historia de la conquista del Paraguay, Río de la Plata y Tucumán, Buenos Aires, Imprenta Popular, t. I, 1878 (1.ª ed. Madrid, 1754-1756 sub tít. Historia de la Compañía de Jesús en la provincia del Paraguay).