REBELLION AND RESISTANCE IN THE IBERIAN EMPIRES, 16TH-19TH CENTURIES.

Gallego (ES) | Galego (PT)

Author: Ofelia Rey Castelao

Affiliation: Universidade de Santiago de Compostela



El término gallego aparece por primera vez en 1884 definido como Dialecto de los gallegos, sin ser la primera acepción de esta palabra (RAE 1884, 520). En la Edad Moderna, el gallego era el idioma de uso general y común en Galicia, casi exclusivo entre la población rural, que componía el 90% del total. Sin embargo, toda la documentación pública, en especial las actas notariales y los procesos judiciales se redactaban solo en castellano. Como hipótesis se puede plantear que en los conflictos, algaradas, motines, etc., se utilizaría el gallego, traducido por escribanos y por los relatores de los tribunales. Los rastros del gallego en escrituras notariales y en procesos judiciales aparecen, o bien para referirse a objetos o instrumentos exhibidos en esas situaciones y que aquellos no supieron traducir: fouces, fumeiros, coutelas, sachos, etc. Lo mismo sucede con las expresiones de indignación o reclamación -demo, bruxo, mouro, etc.-, pronunciadas contra señores, autoridades, clérigos, etc. Hallamos también el gallego en causas criminales, cuando se consideraba que tenía un valor probatorio: por ejemplo, si declaraban niños o mujeres y habían empleado expresiones de sorpresa, de temor o de amenaza en o ante un hecho violento. Se ha hallado también en el registro de actos de tortura de personas procesadas: el escribano o el relator tenía que reflejar en el acta, de forma lo más precisa posible, lo que se había dicho, ya que se estaba tratando de obtener una confesión. Quizá lo más sorprendente es que notarios y relatores, siendo gallegos, escribían en un castellano de buena calidad, lo que se derivaba del aprendizaje en cadena y apoyado en manuales publicados. La cuestión clave y sin solución es si la diferencia lingüística generaba problemas de indefensión ante la justicia y las instancias de poder y las razones que estaban detrás de esa diferencia.

El abandono del gallego escrito se produjo a medida en que perdió su posición en los niveles culturales, jurídicos o políticos. Se mantuvo en actas de municipios y cabildos catedralicios, ordenanzas, documentos de gremios, sínodos diocesanos, etc., hasta los años sesenta del siglo XV, siendo ya residual a inicios del siglo XVI, a diferencia del portugués. En 1606 el portugués Nunes de Leão, en Origem da lingua portuguesa,  atribuía el éxito de esta “por em Portugal haver Reis & Corte que he a officina onde os vocabulos se forjâo, & pulem & donde manaô pera os outros homês o que nunqua houve en Galliza” (Leão 1606). En esos años, el gallego era reivindicado por el cisterciense fray Atanasio de Lobera (Coronica grande 1605), redactada bajo mecenazgo del conde de Gondomar: era la lengua de Adán, traída por Noé tras el Diluvio, que se conservaba pura y valiosa porque expresaba “mejor que otra la esencia de lo que va tratando; lo que faltaba a los gallegos era formación, lo que Lobera vinculaba a la falta de ciudades y a no vivir donde comunican los hombres y se comunican las cosas” (Lobera 1605: 321). 
A fines del siglo XVII, el jesuita Álvarez Sotelo, en su Historia de Galicia defendía lo mismo y señalaba que “no se haya pura sino entre plebeyos, que nunca salieron del ámbito de su aldea, ni leyeron libros españoles, porque los nobles hablan la castellana... y los que salieron de Galicia, o saven leer, o mezclan vocablos castellanos i estragan la pronunciación gallega, añadiendo que como no se imprimen libros en ella... no tiene el curioso por donde hacer perfecto concepto deella”. Su discípulo, Rioboo y Seixas (Descripción chorografica 1730) denunciaba que "los españoles" consideraban que los gallegos eran “de ingenios torpes y bajos, ineptos para las artes y ciencias más sutiles y serias”, lo que se debía a la carencia de escuelas y cátedras de gramática y al uso del gallego ante los forasteros que ocupaban la administración. Es decir, las diferentes reflexiones sobre el gallego, reúnen una explicación coherente y cada vez más reivindicativa que sugiere precisamente la indefensión de los no castellano-hablantes.

El benedictino fray Martín Sarmiento (Elementos Etimológicos 1758-66) fue el más sistemático, incidiendo en la desidia de los eruditos y la pérdida de una riqueza literaria; en la ausencia del gallego en la enseñanza, que se impartía en castellano, y en la imprenta -apenas hay vestigios de textos impresos-, de modo que los gallegos no podían estudiar artes o ciencias en la lengua materna. Pero, sobre todo se debía a la política centralizadora de los Reyes Católicos, ya que “no habiendo...precedido ni Concilio ni Cortes ni consentimiento uniforme de los gallegos para actuar, otorgar, comerciar en lengua castellana... no los gallegos, sino los no gallegos que a los principios del siglo XVI inundaron el Reino de Galicia, no para cultivar sus tierras, sino para hacerse carne y sangre de las mejores, y para cargar con los más pingües empleos, así eclesiásticos como civiles... han introducido la monstruosidad de escribir en castellano..” En especial, Sarmiento incidía en la creación del tribunal de la Real Audiencia en 1480 y del aparato administrativo castellano, “cuando se inundó Galicia de hombres no gallegos y castellanos: merinos, jueces, escribanos, curas de almas, etc., eran provisiones de castellanos y apenas se daba algún empleo a gallegos naturales. Claro está que ninguno de esos empleos podría actuar en el idioma gallego, ni entender tampoco a lo actuado. Hermanos, sobrinos, primos, parientes, paisanos y criados de los presenteros cargaban con todos los empleos y casi al mismo tiempo se introdujo la Audiencia en La Coruña y con eso se aumentó el número de los que en Galicia, ni hablaban ni entendían gallego y así se introdujo el abuso de escribir y actuar en castellano... De modo específico, señalaba a la ciudad de A Coruña, sede de la Audiencia, donde los más de los habitantes son hombres de pleytos y de pluma, que ni saben una palabra ni un verbo de la lengua gallega tan precisa para hablar con los labradores gallegos”. (Pensado 1997: 117).

El ilustrado Lucas Labrada en su Descripción Económica de Galicia (Labrada, 1804) denunciaba a su vez la falta de formación de las justicias subalternas, de los alcaldes y mayordomos pedáneos por ser “todos son menestrales o labradores, pero siempre torpes y las más de las veces sin saber leer ni escribir”, por lo que esas personas del común se veían el problema de recurrir a instituciones o personas que los  despreciaban por su ignorancia, “de aquí vienen a parar en que los pobres tienen que ponerse en manos de ciertos escribientes vagabundos tan torpes como ellos y que en tales casos nunca faltan en los pueblos”; este ilustrado hizo estos comentarios observando el censo de 1787, según el cual había en Galicia 1973 escribanos, 467 abogados, 302 procuradores, etc. para una población de 1,3 millones de personas. 
Es decir, se formó paulatinamente la idea de la indefensión que provocaba la diferencia idiomática entre el personal de justicia y las gentes del común ; investigaciones recientes han demostrado que esto era más grave con respecto a las mujeres, dado que su nivel de escolarización era mucho menor y su relación con el mundo laboral, más reducido (Rey Castelao 2019).


REFERENCIAS

Diccionarios
Real Academia Española (RAE), Diccionario de la lengua castellana por la Real Academia Española. Duodécima edición. Madrid : Imprenta de D. Gregorio Hernando, 1884.

Fuentes impresas
Leão, Duarte Nunes de, Origem da lingoa portuguesa. Em Lisboa : Impresso por Pedro Crasbeeck, 1606.

Lobera, fray Atanasio de, Coronica grande del Reino de Galicia (ms.), publicada en Rodríguez Montederramo, José Luis, “Gondomar y la Historia del Reino de Galicia: estudio y edición del Borrador de la Coronica Grande del Reino de Galicia de Atanasio de Lobera”, en P.M. Cátedra y M.L. López-Vidriero, De libros, librerías. Imprentas y lectores, Salamanca, 2002.

Labrada, José Lucas, Descripcion economica del reyno de Galicia / por la Junta de Gobierno del Rl. Consulado de La Coruña. Ferrol, Imprenta de Don Lorenzo José Riesgo Montero, 1804.

Manuscrito
Álvarez Sotelo, Juan, Historia general del Reino de Galicia repartida en cinco libros en que se trata de sus pobladores después del diluvio universal, antigüedades y guerras civiles desde la entrada de los suevos en España hasta que fue dominada por los árabes / escrita por el padre Juan Álvarez Sotelo de la Compañía de Jesús…, Biblioteca de la Real Academia de la Historia, ms. 9/525

Rioboo y Seixas, Antonio, Descripción chorografica y topográfica antigua del Reino de Galicia, Biblioteca de la Real Academia de la Historia, ms.  9/5654.

Bibliografía
Mariño Paz, Ramón, Historia da lingua galega, Santiago de Compostela, 1997.

Monteagudo Romero, Henrique, “Martín Sarmiento e o idioma galego no contexto ideolóxico e histórico-lingüístico”, Verba, 24, 1997, p. 7.

Monteagudo Romero, Henrique, Historia Social da Lingua Galega, Vigo, 1999.

Pensado, Xosé L., “Lingua e identidade en Frei Martín Sarmiento”, As linguas e as identidades: ensaios de etnografía e de interpretacion antropolóxica, Santiago, 1997, p. 117.

Rey Castelao, Ofelia, «Mujeres en conflicto en la Galicia de fines del Antiguo Régimen», en Margarita Torremocha (ed.), Mujeres, sociedad y conflicto, siglos XVII-XIX, Valladolid, Ed. Castilla, 2019, pp. 187-214.