REBELLION AND RESISTANCE IN THE IBERIAN EMPIRES, 16TH-19TH CENTURIES.

Canalla (ES) | Canalha (PT)

Author: Antonio González López

Affiliation: Universidad de Santiago de Compostela

https://doi.org/10.60469/jzm6-dd21


La voz canalla tiene en el Tesoro de Sebastián de Covarrubias su más completa definición: “junta de gente vil induzida para alborotar y dañar adonde entienden que no han de hallar resistencia; pero si hay quien les haga rostro, no tienen ánimo para esperar”. Añadía a continuación su etimología: “Díxose canalla de can, perro, porque tienen éstos la condición de los perros que salen al camino a morder al caminante y le van ladrando detrás, pero si buelve y con una piedra hiere a alguno, ése y todos los demás buelven aullando y huyendo”. Por último, precisaba que “la gente de canalla es innominada y sólo la referimos con este nombre genérico, sin hazerles tanta honra que los nombremos y queden famosos, aunque sea infamándolos”, y que tales personas “no hazen cosa de honra porque sólo atienden a su provecho” (Covarrubias 1611: 184v-185r). No obstante, proponía Covarrubias también una etimología alternativa, recogida por Rafael Bluteau, que haría derivar la palabra del verbo hebreo cana, “que val o mesmo que encobrir e occultar o nome de algem (sic), porque da canalla só se lhe sabe este seu nome genérico e ninguem lhe faz a honra de investigar os nomes particulares dos individuos desta gente”; en definitiva, la misma pero más sintética definición de canâlha como “gente vil, homens de nada”, advirtiendo que “na lingoa italiana, castelhana e franceza tem esta palavra muita analogia ou semelhança, porque os castelhanos dizem canalla, os italianos canaglia, os francezes canaille”  (Bluteau 1712, v. 2: 91). Más escueto es António de Morais Silva, que resume su definición de canalla como “a plebe mais vil” (Silva 1789, v. 1: 334). En el primer Diccionario de la Real Academia Española se define como “la gente baxa y ruin, de viles procederes y propria para causar daños y alborotos”, extendiéndose para denominar a “la chusma de los galeotes, por ser toda compuesta de gente vil y perdida”; dice que proviene del italiano canaglia y precisa que no debe usarse en plural “sin que sea barbarismo”, añadiendo ejemplos tomados de la Historia del P. Juan de Mariana y otras obras (RAE 1729, t. II). Se mantiene inmutable el significado en los diccionarios decimonónicos, por ejemplo el usual de 1832, que la define como “la gente baja, ruin, de malos procederes” (RAE 1832: 137).

Es evidente que este vocablo resulta potencialmente utilizable por parte de las autoridades o sectores dirigentes de la sociedad a la hora de despreciar o denostar a quienes cometen actos de resistencia a sus órdenes o mandatos o protagonizan algún tipo de revuelta, rebelión, sedición o movimiento insurreccional. No hemos podido documentar un uso muy frecuente de este término, pero sin duda aparece en algunos pasajes historiográficos y en algunos expedientes judiciales. 

En la historiografía de tema político que no oculta parcialidades se comprende el recurso a esta palabra para denostar a los perdedores, como hace Manuel de Faria y Sousa al narrar los acontecimientos de 1580 que llevaron a enfrentarse por el trono de Portugal a los partidarios de Felipe de España contra los favorables a don Antonio, Prior de Crato. A estos últimos los llama Sousa “aquella canalla que seguía a don Antonio”, quienes “atropellando toda la razón y toda la orden se acabaron de confundir y en Santarém le saludaron por rey” (Sousa 1628, ed. 1730: 343). Otro ejemplo lo tenemos en la Historia de la Compañía de Jesús en la provincia del Paraguay, escrita por el padre jesuita Pedro Lozano hacia 1754-1756, donde, hablando de los indígenas del Tucumán, los califica de “perversa canalla” (Lozano 1754-1756, ed. 1878, t. I: 430). En ocasiones aparece el término en la documentación judicial, cuando se denuncian injurias verbales (acompañadas o no de injurias reales), como es el caso del litigio que enfrentó a los marineros de los puertos gallegos de Ferrol, A Graña y Mugardos contra los de la villa de Ares en 1676: los colectivos de los tres primeros denunciaban a los segundos porque, entre otras cosas, “les llamaron muchas palabras feas como son canalla, infames, cabrones, cornudos, biguinos (sic), tocando una bocina a modo de mofa, tirándoles con dichas piedras y diciendo que no avían de echar las redes para pescar entonçes ni de aquí adelante aunque lo mandase quien quisiese (ARG, Real Audiencia, lg. 18.503/48). Por último, otro ejemplo de utilización de este vocablo lo tenemos en una carta dirigida por Pascual Amer el 22 de septiembre de 1808 a la duquesa de Osuna para felicitarla por el regreso de su hijo el duque después de “verse esa Corte [Madrid] libre de la vil canalla francesa y demás compañeros” (AHNOB, Osuna, lg. 172/72-73).


REFERENCIAS

Diccionarios

Academia das Ciências de Lisboa (ACL), Dicionário da língua portuguesa, Lisboa, ACL, 2001, 2 vols., versión electrónica, https://dicionario.acad-ciencias.pt/acerca-do-dlp/#

Bluteau, Rafael, Vocabulario portuguez e latino..., Coimbra, Collegio das Artes da Companhia de Jesu, v. 2, 1712, http://clp.dlc.ua.pt/DICIweb/default.asp?url=Ler&opcao=texto

Covarrubias Orozco, Sebastián de, Tesoro de la lengua castellana o española, Madrid, Luis Sánchez, 1611.

Real Academia Española (RAE), Diccionario de la lengua castellan en que se explica el verdedero sentido de las voces, su naturaleza y calidad, con las phrases o modos de hablar, los proverbios o refranes y otras cosas convenientes al uso de la lengua, Madrid, Imprenta de la Real Academia Española, 1726-1739, t. II, 1729, https://apps2.rae.es/DA.html

Real Academia Española (RAE), Diccionario de la lengua castellana, Madrid, Imprenta Real, 1832.

Real Academia Española (RAE), Diccionario de la lengua española, Madrid, RAE, 2014 (23.ª ed.), 2023 (actualización electrónica), https://dle.rae.es/

Silva, Antonio de Moraes, Diccionario da lingua portugueza composto pelo padre D. Rafael Bluteau, reformado e accrescentado por Antonio de Moraes Silva, natural do Rio de Janeiro, Lisboa, Simão Tadeu Ferreira, 1789, 2 vols., http://dicionarios.bbm.usp.br/pt-br/dicionario/edicao/1 

Fuentes
“Carta de Pascual Amer a María Josefa Pimentel Téllez-Girón, IX duquesa de Osuna, alegrándose por la vuelta a España de su hijo, Francisco de Borja Téllez-Girón, X duque de Osuna, y dándole la enhorabuena por la liberación de Madrid de la ‘vil canalla francesa’ (sic)”. Archivo Histórico de la Nobleza (AHNOB), Osuna, cta. 172, doc. 72-73.

Faria y Sousa, Manuel de, Historia del Reyno de Portugal, Bruselas, Francisco Foppens, 1730 (1.ª ed. 1628).

“Los vecinos y mareantes de las villas de Ferrol, Mugardos y La Graña con los vecinos y mareantes de Ares. Auto ordinario sobre pescar en la ría de Foz de Junqueiras con todo género de redes”. Archivo del Reino de Galicia (ARG), Real Audiencia, leg. 18.503, n.º 48.

Lozano, Pedro, SJ, Historia de la conquista del Paraguay, Río de la Plata y Tucumán, Buenos Aires, Imprenta Popular, t. I, 1878 (1.ª ed. Madrid, 1754-1756 sub tít. Historia de la Compañía de Jesús en la provincia del Paraguay).