REBELLION AND RESISTANCE IN THE IBERIAN EMPIRES, 16TH-19TH CENTURIES.

Furor/Furores (ES) | Furor/Furores (PT)

Author: Pablo Sánchez León

Affiliation: CHAM-NOVA FCSH

https://doi.org/10.60469/58a2-pa95


Al igual que sucedía con mucha de la terminología sobre revueltas, el campo semántico de furor estaba fuertemente enraizado en la filosofía moral como un rasgo aplicable a los individuos que experimentaban un desbordamiento emocional. Furor en singular aparece recogido en el Vocabulario de Nebrija de finales del siglo XV como sinónimo de furia (Nebrija 1495?: 102,2). En el Tesoro de la legua Castellana de comienzos del siglo XVII aparece como locura, y se describe en esta forma: “Furor est grauior, diuturnierque mentis alienado, ex  vitiato  principis anime facultatis  instrumento  originé habens”, y se añade: “Otras veces se toma por una ira colérica con furia, que se pasa presto” (Covarrubias 1611: 419).
En general, el furor era visto como propio de quienes ejercían un poder omnímodo y tentado de caer en excesos; de ahí que se predicase de los dioses del mundo clásico (donde destacaba su inspiración en Ares o Marte, dios de la guerra), o de figuras de otras civilizaciones, como Mahoma. La dimensión moral del furor se popularizó con la obra Orlando furioso de Ludovico Ariosto (1532), al tiempo que daba pie a obras pastorales que predicaban el control de las pasiones y, en general, del comportamiento emcional e irracional. Ya en el siglo XVIII, el diccionario portugués recogerá la “andromanía” como “furor uterino, que tem as mulheres polo coito” (Bluteau 1789: 82,1).

En la cultura del Antiguo Régimen las micro-conductas y los macro-procesos eran vistos como análogos e interrelacionados, de manera que desde temprano el término se aplicó a colectivos enteros, normalmente entendidos de forma esencialista. Del furor se predicaba además una componente de vulgaridad, lo que lo volvía especialmente proclive a ser aplicado al comportamiento de las clases populares más bajas, consideradas por naturaleza irracionales e inmorales, una imagen que los publicistas y las autoridades subrayaban con el empleo del plural, furores. Ser presa de furores se aplicaba sobre todo a colectivos resilientes frente a la autoridad constituida. Es normal que apareciese en textos épicos sobre la conquista y colonización de los pueblos americanos, entre los que estacan los relatos sobre la resistencia de los araucanos y otros pueblos fronterizos, considerados bárbaros imposibles de civilizar. Por otro lado, se consideraba que el furor desatado llamaba a la guerra. A estos efectos, resulta muy interesante que la definición del término “conflicto” (sic) en el diccionario de Blutteau sea “o aperto batalha, quando fe peleja com mais furor, e huma das partes fe vè apertada” (Bluteau 1789, I: 308,2).

La definición del diccionario de la Academia española de 1732 precisa que furor, “en su riguroso significado” equivale a “locura confirmada, enajenación total de la mente”, aunque “también ira, rabia, cólera y enojo” (RAE 1732, III: 814,2), definición que se mantuvo a lo largo del siglo XVIII, hasta que en la edición de 1791 aparece como “Agitación violenta del ánimo con acciones exteriores igualmente violentas” (RAE 1791: 441,2), que se mantendrá toda la primera mitad del siglo XIX. No obstante, por debajo los usos estaban cambiando, y con ellos el estatus semántico de la palabra y los campos disciplinarios de aplicación. Los diccionarios en castellano de la Ilustración recuperan del Tesoro de Covarrubias (1611: 419) una acepción de “furor poético” como “arrebatamiento o enthusiasmo que padece el Poeta” (RAE 1732, III: 814,2); en el caso de los portugueses incorporan el sinónimo “estro”, definido como “Furor, entusiasmo poético” (Bluteau 1789: 572,1), que solo llegará a los diccionarios en castellano en el siglo XIX. Como muestra el hecho de que en portugués se equipare también a un “entusiasmo forte” (Bluteau 1789: 645,2), el furor estaba empezando a ser visto como una conducta derivada de la capacidad de los sujetos de imaginar el mundo sin referencia a autoridad exterior o superior, lo que se completa con nuevos términos surgidos de la autonomía creciente de la cultura letrada para producir identidad y emociones fuertes, como es el caso de “Bibliomania”, un neologismo definido como “Furor do ajuntar Livros” (Bluteau 1789: 180,2) (el diccionario castellano la define como “afán, ansia de tener libros”, aunque también como “la enfermedad del siglo”, RAE 1786: 243,2). Estos nuevos usos más metafóricos y dignificadores ayudan a entender el rápido declive de furores como término con el que se venían denigrando las movilizaciones populares.


REFERENCIAS

Diccionarios

Bluteau, Rafael (1789), Bluteau, Rafael, Vocabulario de synonimos, e phrases portuguezas, Supplemento ao
Vocabulário Portuguez e Latino
, II, Lisboa, Patriarcal Officina de Musica, 1728,
http://clp.dlc.ua.pt/DICIweb/default.asp?url=Ler&Serie=27.

Covarrubias, Sebastián de, Tesoro de la lengua castellana o española, Madrid, Luis Sánchez, 1611. Consultar en: https://archive.org/details/A253315/page/n873/mode/2up?view=theater.

Real Academia Española (RAE), Diccionario de la lengua castellana, en que se explica el verdadero sentido de las voces, su naturaleza y calidad, con las phrases o modos de hablar, los proverbios o refranes, y otras cosas convenientes al uso de la lengua [...]. Compuesto por la Real Academia Española. Tomo tercero. Que contiene las letras D.E.F, Madrid, Imprenta de la Real Academia Española por la viuda de Francisco del Hierro, 1732. https://apps.rae.es/ntlle/SrvltGUIMenuNtlle?cmd=Lema&sec=1.2.0.0.0.

Real Academia Española (RAE), Diccionario de la lengua castellana compuesto por la Real Academia Española, reducido a un tomo para su más fácil uso. Tercera edición, en la qual se han colocado en los lugares correspondientes todas las voces de los suplementos, que se pusieron al fin de las ediciones de los años de 1780 y 1783, y se han intercalado en las letras D.E. y F. nuevos artículos, de los quales se dará un suplemento separado, Madrid, Viuda de Joaquín Ibarra, 1791. https://apps.rae.es/ntlle/SrvltGUIMenuNtlle?cmd=Lema&sec=1.0.0.0.0.

Bibliografía
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Pablo Sánchez León y Leopoldo Moscoso, “Encrucijadas del entusiasmo: la transmisión de la experiencia revolucionaria, 1789-1917”, in Juan Andrade y Fernando Hernández Sánchez (eds.), 1917: la Revolución rusa cien años después, Madrid, Siglo XXI, 2017,  pp. 53-82.

Figueiredo, Luciano Raposo de Almeida (2017). “A linguagem da embriaguez: cahaça e álcool no vocabulario político das rebeliôes na América portuguesa”, Revista de História (Sâo Paulo) 176 https://www.redalyc.org/jatsRepo/2850/285049822003/html/index.html.